Rosa Mística y los Papas
Es de particular importancia y de gran significado la audiencia privada que el Papa concedió a Pierina el 9 de agosto de 1951,
en Castel Gandolfo. Se presentó acompañada únicamente por una amiga y
un señor de Roma que le había tramitado ese privilegio. Pierina fue
presentada al Santo Padre como la vidente de Montichiari. El Papa,
después de recogerse en una corta reflexión, contestó alegremente y con
vivenza: “¡Oh, sí, ahora nos acordamos!. Peregrinos de Montichiari nos han contado mucho al respecto”… Luego sonriendo bondadosamente le preguntó: “Dime, hija, ¿te has hecho mejor, más buena, desde que has visto a la Madonna?”…
Pierina
ante la inesperada pregunta se quedó perpleja y sin encontrar una
respuesta adecuada, afirmó con un movimiento de cabeza. El Santo Padre,
poniéndole benévolamente las manos sobre la cabeza, le dijo: “¡Ánimo,
amada hija y trata de corresponder bien a una gracia tan grande y
maravillosa! Para eso, te daremos ahora, nuestra especial bendición
apostólica”.
Le impartió solemnemente la bendición, le posó de nuevo las manos sobre la cabeza y le dio a besar el Anillo.
Para terminar la audiencia, el Santo Padre se inclinó hacia Pierina que estaba de rodillas y le pidió humildemente: “¡Por favor, reza también por Nos”!
¿No
es conmovedor este rasgo de un Pontífice tan grande, conocido por su
santidad y por el discernimiento carismático de los corazones?...
Verdaderamente es edificante la humildad con que pide la oración de
Pierina y es digno de consideración que siendo tan experimentado
conocedor de las gentes, la haya tenido por veraz y dignas de fe.
EL PAPA JUAN XXIII
Juan
XXIII a principios de 1962, antes de iniciarse el Concilio Vaticano II
exhortó al mundo entero a que invocara a la Madre de Dios con esta
invocación a fin de obtener el éxito del Concilio, difundiendo con la
misma intención la devoción del Santo Rosario (Revista Ancilla Domini
del 6-5-1962).
EL PAPA PABLO VI
Pablo VI en su Alocución del 5 de Mayo de 1969 pidió que se incremente el rezo del Santo Rosario y que se invoque a María con el título de "Rosa Mística".
EL PAPA JUAN PABLO II